martes, 3 de noviembre de 2015

La vuelta al mundo en 24 días: Hong Kong

La vuelta al mundo en 24 días.2º destino: Hong Kong
   ¡Ya hemos visitado Europa!  Fuimos a Venecia y de allí partimos hacia Frankfurt que nos llevaría hasta Hong Kong nuestro destino  elegido para visitar en Asia, pero hubo una parada inoportuna de última hora; el avión que nos llevaría hasta Hong Kong se había anulado y el vuelo que nos trasladaría hasta Hong Kong saldría por la mañana por lo que tendríamos que pasar  la noche en Frankfurt.   El jefe de aduanas nos firmó el pasaporte y desde el aeropuerto cogimos un minivan hasta la ciudad  que tardó una hora y dieciséis minutos. Una vez allí preguntamos en una tienda en que hotel de Frankfurt podríamos alojarnos. Nos recomendaron el hotel Skyline que se situaba muy cerca del centro. Cogimos un taxi para llegar al hotel. En 3 minutos ya habíamos llegado y nos disponíamos a reservar una habitación.
El encargado de recepción nos atendió amablemente y no tuvo ningún inconveniente en reservarnos una habitación para sólo una noche. Finalmente reservamos una habitación en ese hotel que nos costó 81,23 euros por dos personas. Con los nervios no nos habíamos dado cuenta de que en  el hotel Skyline estaba todo bien dispuesto como si hubiera alguna celebración. La habitación estaba muy bien, había todo tipo de detalles. Nos sorprendió mucho porque aquel era el primer hotel de 4 estrellas que era tan detallista.





Sacando las prendas de la maleta, encontramos que había una guía turística en el escritorio de la habitación. La estuvimos observando y descubrimos que unos de los monumentos más famosos de la ciudad estaba muy cerca del hotel, así que cogimos la cámara de fotos y nos dispusimos a visitarlo. Un taxi nos llevó hasta el Römer un monumento muy famoso de Frankfurt que había sido  seiscientos años el ayuntamiento de la ciudad y ahora era un museo de la Frankfurt medieval.



Una vez allí visitamos los nueve edificios que forman el Römer . A la salida un hombre tenía un puesto de ``Pretzel ‘’ un pan típico alemán. Probamos uno   y notamos la diferencia de sabor respecto a otros tipos de panes. Justo delante del museo había un restaurante llamado Römer-Bembel y ya que el hotel sólo incluía cena decidimos comer allí. Degustamos un menú completamente alemán: de primero un Kartoffelbrei que consiste en una crema de patatas aliñada con perejil; de segundo Sauerbraten que es una carne de res marinada en vino y con un caldo de verduras y de postre una tarta llamada Strüdel. La comida  estaba deliciosa, nunca había probado comida alemana pero esta vez valió la pena. Regresamos al hotel en taxi e hicimos una pausa para descansar; esa tarde íbamos a visitar ´´El Jardín de las Palmeras’’ . Cuando ya estábamos dispuestos a coger un taxi que nos trasladara hasta allí, pero comenzó a llover así que tuvimos que volver al hotel.El recepcionista que había estado  observándonos, nos explicó que esa tarde habían inagurado el spa y la piscina climatizada y que era gratis el acceso a ambos sitios. Ya que esa tarde no podríamos salir del hotel decidimos pasarnos por el spa . Yo me dirigí hasta el spa y Andrés fue a la piscina climatizada. A la entrada había un puesto de alquilar bañadores y alquilamos dos. Cada alquiler nos costó 1€.En el spa me masajearon la espalda y a continuación me dirigí hasta el ``jacuzzi ´’.

 
                
          En definición que pasamos nuestra última tarde en Europa muy relajados. Al salir del spa me encontré con Andrés que me estaba esperando en la puerta. Me explicó que lo había pasado muy bien, pero que el agua estaba demasiado caliente. Yo también le expliqué que había estado muy relajada en spa. Nos vestimos y bajamos a cenar. La comida del hotel estaba  deliciosa. Cuándo íbamos a terminarnos el postre e irnos para la habitación, un empleado del hotel  anunció que un crítico les acababa de dar una calificación de 5 estrellas al hotel y para celebrarlo podíamos acudir gratis a un concierto de ópera que había esa misma noche el teatro que había al lado del hotel. Nos lo pasamos estupendamente, cuándo fuimos a Italia queríamos haber ido a la Ópera pero no dio tiempo.             Después de tanto llover, el cielo se había quedado despejado y había una preciosa noche.  Dimos un  paseo por las calles de Berlín y volvimos al hotel conversando. Habíamos descubierto por el hotel estaba tan cuidado para la ocasión, era por que el crítico lo iba a inspeccionar. Cuando llegamos a la habitación del hotel preparamos las maletas, al día siguiente viajaríamos a Hong Kong.         Dormimos plácidamente y como el vuelo no salía hasta las una menos diez del mediodía desayunamos tranquilos. Después de desayunar cogimos un minivan que nos llevase hasta el aeropuerto de Frankfurt.

          El trayecto duró 12 minutos  y nos costó 4 euros . Una vez en el aeropuerto nos facturaron las maletas y cogimos sitio en el avión. Este despegó a las una en punto. Como el vuelo duraría 11 horas.          Aproveché para revisar el blog. Pero el ordenador se quedó sin batería. Nos quedaban 6 horas que se nos iban a hacer eternas, por suerte me tocó en el lado de la ventanilla y estuve entretenida observando el paisaje. El niño que había delante de nosotros tenía un poco de miedo de volar porque este era su primer vuelo y cada vez que había una turbulencia se ponía a gritar. Su madre se dio cuenta porque al reñirle el niño se calló y no volvió a molestar. Sin darme cuenta ya sólo quedaba una hora para aterrizar. Pronto la azafata llegó con unas bandejas de comida. Se trataba de un bocadillo de  bacon y queso (que estaba muy soso) , un refresco y una pieza de fruta. Llegamos al aeropuerto a las 7:10 de la tarde ( una hora más que en Europa), bajamos del avión y recogimos las maletas .  


                 

  Cogimos un minivan hasta el hotel Island Pacific. Este hotel nos lo recomendó una amiga que había estado en Hong Kong igual que la isla. Ella nos había dicho que la isla era preciosa, pero no me imaginaba que fuera tan moderna. Yo pensaba que era una ciudad tradicional japonesa, pero Hong Kong no era así, era una ciudad muy moderna. Me intrigó tanto esta ciudad que decidí buscar en internet información sobre ella. Descubrí que Hong Kong era una ciudad colonizada por los ingleses hasta 1998 pero que ahora formaba parte de la actual China. Llegamos al hotel Island Pacific, tuvimos varios problemas con la recepcionista porque no hablaba nuestro idioma. Los números en           Asia eran diferentes a los de Europa. No lo pudo explicar así que nos dio un papel traducido. Subimos a nuestra habitación. El hotel era un rascacielos y a nosotros nos tocó una habitación que estaba en la cima del hotel.


         Las vistas eran impresionantes. Esa tarde estábamos muy cansados así que la pasamos en el hotel. Yo saqué toda la ropa de mi maleta y Andrés de la suya. El se fue a jugar a baloncesto a la pista del hotel y yo aproveché para ir a la zona wifi del hotel. Hice una videollamada a mi hermana y llamé a mis padres para decirles que ya habíamos llegado. Después estuve mirando en internet que monumentos podíamos visitar en Hong Kong e hice una lista con ellos. Después nos arreglamos para cenar en el restaurante del hotel. El menú estaba basado en Sushi,rollitos de primavera y fideos. Nos fuimos directos para la habitación. Estábamos muy cansados del viaje y caímos rendidos.
El día siguiente  subimos en funicular, una especie de cabina  al Pico Victoria. Allí observamos unas vistas magníficas de Hong Kong que fotografiamos para enseñárselas después a nuestros familiares. En el viaje en funicular de vuelta, un traductor nos fue explicando la historia de Hong Kong. Fue de lo más interesante todo lo que aprendimos y sobre todo que como Hong Kong había estado colonizado por los ingleses, el inglés también era un idioma oficial, por lo tanto  ya no tendríamos problemas para comunicarnos.Al bajar del funicular nos regalaron una postal que nos habían hecho mientras viajábamos en el funicular.

  Más tarde nos desplazamos en minivan desde el Pico hasta  el parque de Koula ( Tsim Sha Tsui). Allí dimos un paseo y fuimos a comprar al centro comercial que había cerca de allí. Después fuimos a comer a un restaurante llamado Aqua. La comida estuvo exquisita y nos costó 100,34 dólares de Hong Kong (11,84 euros).
Después de comer decidimos ir  a la Torre del Reloj de Hong Kong que estaba muy  cerca del parque andando. Una vez allí subimos a la torre, que era muy parecida a la de la giralda. Al bajar de la torre una guía nos explicó toda la historia. Nos dijo que la Torre del Reloj era los únicos restos que quedaban de la famosa estación de ferrocarril de Hong Kong. Además nos explicó que antes sólo tenía un reloj en una parte trasera pero actualmente tiene tres. Cuando la guía terminó de explicar toda las personas que estaban allí fueron a tomar el té a una cafetería que había justo en frente de la Torre. En China es muy tradicional tomar té y nosotros decidimos probarlo. El sabor era diferente a los de los tés de nuestro país porque las hierbas que utilizan para fabricarlos son más puras y el sabor más fuerte. Después de merendar cogimos un minivan hasta el hotel y pasamos el resto de la tarde allí.  


Más tarde bajamos a cenar al restaurante del hotel. Cuando nos disponíamos a regresar a la Habitación nos llamó la atención el numeroso grupo de personas que había en la sala de juegos. Nos acercamos para investigar y se trataba de una partida de Mahjong, un juego tradicional de China. Los empleados del hotel nos explicaron como se jugaba y Andrés y yo jugamos unas cuantas partidas. Sin darnos cuenta ya se había hecho tarde volvimos a la habitación rendidos, había sido un día muy largo, pero había que responder pilas porque al día siguiente iríamos a la Isla de Lantau a visitar el monasterio de Po Lin, el Buda Tian Tan y a divertirnos en el parque de atracciones Disneyland Hong Kong.


Al día siguiente nos levantamos pronto y desayunamos con prisa porque nos estaba esperando el minivan que nos llevaría hasta la Isla de Lantau. Aunque esta isla estaba separada de Hong Kong había un puente que las conectaba y se podía llegar en coche. Primeramente fuimos al monasterio de Po Lin, un templo budista en el que había numerosas personas rezando. Era un templo muy diferente e los cristianos. El Buda Tian Tan estaba muy cerca de allí así que fuimos andando. Ante nuestros pies había 210 escalones que necesitábamos subir para contemplarlo.                                                                                                                                                                          

 Cuando llegamos estábamos muy cansados y cada uno nos bebimos hasta una botella de agua para recuperar el aliento. Delante de nosotros teníamos una estatua de un buda gigante de 34 metros de altura y una multitud de gente fotografiándolo. Nosotros también lo fotografiamos y se lo mandamos a nuestros familiares que se quedaron sorprendidos. Volvimos a bajar y est vez el minivan nos llevó hasta  el parque de atracciones Disney Land Hong Kong. La entrada nos costó 506,79 dólares de Hong Kong ( 59,78 euros). El parque era enorme y estab dividido en dos partes. Nos montamos en varias atracciones y después fuimos a comer por la tarde fuimos a fotografiarnos con Mickey Mouse y Minnie y además fuimos a ver un espectáculo que nos ofrecía el parque. Cuando ya íbamos a marcharnos, vimos que un jugador de baloncesto famoso había llegado al parque y  había varias personas jugando con él. Nosotros nos los pasamos estupendamente . Era la primera vez que habíamos estado tan cerca de un famoso.

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Volvimos en minivan al hotel ,cenamos y nos acostamos. Estábamos muy cansados, así que al día siguiente se nos pegaron las sábanas y como el restaurante del hotel sólo estaba abierto hasta las 9:30 de la mañana, tuvimos que ir a desayunar a un bar cercano.  Esa mañana cogimos un minivan que nos trasladó al templo Wan Tai Si, a quince minutos en coche del hotel. En el minivan había una familia china que iba vestida con trajes muy elegantes, parecía que iban a una boda. Tenían un niño pequeño que tenía muchas ansias por llegar porque solo habían pasado cinco minutos y estaba protestando. Fueron quince minutos los que tardamos en llegar pero a mí personalmente me pareció un hora interminable. Una vez allí descubrimos que las personas que viajaron con nosotros en el minivan asistían a una boda que había en el templo que estábamos visitando. Las bodas de China eran diferentes a las de Europa, los trajes que llevaban los novios eran diferentes, los lugares en los que se celebraban y la forma en la que se casaban era muy peculiar.


         Nosotros fuimos espectadores del acontecimiento y después visitamos las obras de arte que encontramos en este. Volvimos al hotel y desde allí fuimos a comer a un  restaurante llamado Ho Choi, que estaba a 3 minutos andando del hotel. Nos sirvieron una comida muy tradicional de Hong Kong como es el Wonton y el ganso asado. De postre tomamos un pan de piña, también muy tradicional de esta zona. Todo en total nos costó 175,42 dólares de Hong Kong (20,62 euros).

   

Al salir del hotel notamos como nos sonaba la barriga.  La comida que habíamos catado había sido una mezcla muy rara como la de los últimos días y nuestro éstomago no estaba acostumbrado. Nuestra  última tarde en Asia la pasamos el hotel. Andrés se quedó en hotel mientras que yo fuí a un centro comercial que había muy cerca para comprar recuerdos. Bajamos temprano a cenar y nos acostamos pronto porque al día siguiente tendríamos que viajar a Nueva Zelanda.

                El día 6 de Octubre desayunamos en el hotel y cogimos un minivan hasta el Aeropuerto de Hong Kong. Allí cogimos un vuelo que nos llevó hasta Auckland.

4 comentarios:

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  2. Esta bastante bien, lo que no entiendo porque hay tantos cambios de letra o de tamaño. Muchas veces al copiar de word al blog puede ocurrir este tipo de cosas. Por cierto, debes introducir párrafos al cambiar de ideas.

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  3. Marina me gusta mucho tu segundo destino, espero que sigas mejorando como hasta ahora.
    Sigue así.

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  4. Marina me gusta mucho tu segundo destino, espero que sigas mejorando como hasta ahora.
    Sigue así.

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