La vuelta al mundo en 24 días.2º destino: Hong Kong
¡Ya hemos visitado Europa! Fuimos a
Venecia y de allí partimos hacia Frankfurt que nos llevaría hasta Hong Kong
nuestro destino elegido para visitar en Asia, pero hubo una parada
inoportuna de última hora; el avión que nos llevaría hasta Hong Kong se había
anulado y el vuelo que nos trasladaría hasta Hong Kong saldría por la mañana
por lo que tendríamos que pasar la noche en Frankfurt. El
jefe de aduanas nos firmó el pasaporte y desde el aeropuerto cogimos un minivan
hasta la ciudad que tardó una hora y dieciséis minutos. Una vez allí
preguntamos en una tienda en que hotel de Frankfurt podríamos alojarnos. Nos
recomendaron el hotel Skyline que se situaba muy cerca del centro. Cogimos un
taxi para llegar al hotel. En 3 minutos ya habíamos llegado y nos disponíamos a
reservar una habitación.
El encargado de recepción nos atendió amablemente y no tuvo ningún
inconveniente en reservarnos una habitación para sólo una noche. Finalmente
reservamos una habitación en ese hotel que nos costó 81,23 euros por dos personas.
Con los nervios no nos habíamos dado cuenta de que en el hotel Skyline
estaba todo bien dispuesto como si hubiera alguna celebración. La habitación
estaba muy bien, había todo tipo de detalles. Nos sorprendió mucho porque aquel
era el primer hotel de 4 estrellas que era tan detallista.
Sacando las prendas de la maleta, encontramos que había una guía turística
en el escritorio de la habitación. La estuvimos observando y descubrimos que
unos de los monumentos más famosos de la ciudad estaba muy cerca del hotel, así
que cogimos la cámara de fotos y nos dispusimos a visitarlo. Un taxi nos llevó
hasta el Römer un monumento muy famoso de Frankfurt que había sido
seiscientos años el ayuntamiento de la ciudad y ahora era un museo de la
Frankfurt medieval.
Una vez allí visitamos
los nueve edificios que forman el Römer . A la salida un hombre tenía un puesto
de ``Pretzel ‘’ un pan típico alemán. Probamos uno y notamos la
diferencia de sabor respecto a otros tipos de panes. Justo delante del museo
había un restaurante llamado Römer-Bembel y ya que el hotel sólo incluía cena
decidimos comer allí. Degustamos un menú completamente alemán: de primero un
Kartoffelbrei que consiste en una crema de patatas aliñada con perejil; de
segundo Sauerbraten que es una carne de res marinada en vino y con un caldo de
verduras y de postre una tarta llamada Strüdel. La comida estaba deliciosa, nunca había probado comida
alemana pero esta vez valió la pena. Regresamos al hotel en taxi e hicimos una
pausa para descansar; esa tarde íbamos a visitar ´´El Jardín de las Palmeras’’
. Cuando ya estábamos dispuestos a coger un taxi que nos trasladara hasta allí,
pero comenzó a llover así que tuvimos que volver al hotel.El recepcionista que
había estado observándonos, nos explicó que esa tarde habían inagurado el
spa y la piscina climatizada y que era gratis el acceso a ambos sitios. Ya que
esa tarde no podríamos salir del hotel decidimos pasarnos por el spa . Yo me
dirigí hasta el spa y Andrés fue a la piscina climatizada. A la entrada había
un puesto de alquilar bañadores y alquilamos dos. Cada alquiler nos costó 1€.En
el spa me masajearon la espalda y a continuación me dirigí hasta el ``jacuzzi ´’.
En definición que pasamos nuestra última tarde en Europa muy relajados. Al salir del spa me encontré con Andrés que me estaba esperando en la puerta. Me explicó que lo había pasado muy bien, pero que el agua estaba demasiado caliente. Yo también le expliqué que había estado muy relajada en spa. Nos vestimos y bajamos a cenar. La comida del hotel estaba deliciosa. Cuándo íbamos a terminarnos el postre e irnos para la habitación, un empleado del hotel anunció que un crítico les acababa de dar una calificación de 5 estrellas al hotel y para celebrarlo podíamos acudir gratis a un concierto de ópera que había esa misma noche el teatro que había al lado del hotel. Nos lo pasamos estupendamente, cuándo fuimos a Italia queríamos haber ido a la Ópera pero no dio tiempo. Después de tanto llover, el cielo se había quedado despejado y había una preciosa noche. Dimos un paseo por las calles de Berlín y volvimos al hotel conversando. Habíamos descubierto por el hotel estaba tan cuidado para la ocasión, era por que el crítico lo iba a inspeccionar. Cuando llegamos a la habitación del hotel preparamos las maletas, al día siguiente viajaríamos a Hong Kong. Dormimos plácidamente y como el vuelo no salía hasta las una menos diez del mediodía desayunamos tranquilos. Después de desayunar cogimos un minivan que nos llevase hasta el aeropuerto de Frankfurt.
El trayecto duró 12 minutos y nos costó 4 euros . Una vez en el aeropuerto nos facturaron las maletas y cogimos sitio en el avión. Este despegó a las una en punto. Como el vuelo duraría 11 horas. Aproveché para revisar el blog. Pero el ordenador se quedó sin batería. Nos quedaban 6 horas que se nos iban a hacer eternas, por suerte me tocó en el lado de la ventanilla y estuve entretenida observando el paisaje. El niño que había delante de nosotros tenía un poco de miedo de volar porque este era su primer vuelo y cada vez que había una turbulencia se ponía a gritar. Su madre se dio cuenta porque al reñirle el niño se calló y no volvió a molestar. Sin darme cuenta ya sólo quedaba una hora para aterrizar. Pronto la azafata llegó con unas bandejas de comida. Se trataba de un bocadillo de bacon y queso (que estaba muy soso) , un refresco y una pieza de fruta. Llegamos al aeropuerto a las 7:10 de la tarde ( una hora más que en Europa), bajamos del avión y recogimos las maletas .
Cogimos un minivan hasta el hotel Island Pacific. Este hotel nos lo recomendó una amiga que había estado en Hong Kong igual que la isla. Ella nos había dicho que la isla era preciosa, pero no me imaginaba que fuera tan moderna. Yo pensaba que era una ciudad tradicional japonesa, pero Hong Kong no era así, era una ciudad muy moderna. Me intrigó tanto esta ciudad que decidí buscar en internet información sobre ella. Descubrí que Hong Kong era una ciudad colonizada por los ingleses hasta 1998 pero que ahora formaba parte de la actual China. Llegamos al hotel Island Pacific, tuvimos varios problemas con la recepcionista porque no hablaba nuestro idioma. Los números en Asia eran diferentes a los de Europa. No lo pudo explicar así que nos dio un papel traducido. Subimos a nuestra habitación. El hotel era un rascacielos y a nosotros nos tocó una habitación que estaba en la cima del hotel.
Las vistas eran impresionantes. Esa tarde estábamos muy cansados así que la pasamos en el hotel. Yo saqué toda la ropa de mi maleta y Andrés de la suya. El se fue a jugar a baloncesto a la pista del hotel y yo aproveché para ir a la zona wifi del hotel. Hice una videollamada a mi hermana y llamé a mis padres para decirles que ya habíamos llegado. Después estuve mirando en internet que monumentos podíamos visitar en Hong Kong e hice una lista con ellos. Después nos arreglamos para cenar en el restaurante del hotel. El menú estaba basado en Sushi,rollitos de primavera y fideos. Nos fuimos directos para la habitación. Estábamos muy cansados del viaje y caímos rendidos.
El día
siguiente subimos en funicular, una
especie de cabina al Pico Victoria. Allí
observamos unas vistas magníficas de Hong Kong que fotografiamos para
enseñárselas después a nuestros familiares. En el viaje en funicular de vuelta,
un traductor nos fue explicando la historia de Hong Kong. Fue de lo más
interesante todo lo que aprendimos y sobre todo que como Hong Kong había estado
colonizado por los ingleses, el inglés también era un idioma oficial, por lo
tanto ya no tendríamos problemas para
comunicarnos.Al bajar del funicular nos regalaron una postal que nos habían
hecho mientras viajábamos en el funicular.
Más tarde nos desplazamos en minivan desde el Pico hasta el parque de Koula ( Tsim Sha Tsui). Allí dimos un paseo y fuimos a comprar al centro comercial que había cerca de allí. Después fuimos a comer a un restaurante llamado Aqua. La comida estuvo exquisita y nos costó 100,34 dólares de Hong Kong (11,84 euros).
Después de comer
decidimos ir a la Torre del Reloj de
Hong Kong que estaba muy cerca del
parque andando. Una vez allí subimos a la torre, que era muy parecida a la de
la giralda. Al bajar de la torre una guía nos explicó toda la historia. Nos
dijo que la Torre del Reloj era los únicos restos que quedaban de la famosa
estación de ferrocarril de Hong Kong. Además nos explicó que antes sólo tenía
un reloj en una parte trasera pero actualmente tiene tres. Cuando la guía
terminó de explicar toda las personas que estaban allí fueron a tomar el té a
una cafetería que había justo en frente de la Torre. En China es muy
tradicional tomar té y nosotros decidimos probarlo. El sabor era diferente a
los de los tés de nuestro país porque las hierbas que utilizan para fabricarlos
son más puras y el sabor más fuerte. Después de merendar cogimos un minivan
hasta el hotel y pasamos el resto de la tarde allí.
Más tarde bajamos a
cenar al restaurante del hotel. Cuando nos disponíamos a regresar a la
Habitación nos llamó la atención el numeroso grupo de personas que había en la
sala de juegos. Nos acercamos para investigar y se trataba de una partida de Mahjong, un juego
tradicional de China. Los empleados del hotel nos explicaron como se jugaba y
Andrés y yo jugamos unas cuantas partidas. Sin darnos cuenta ya se había hecho
tarde volvimos a la habitación rendidos, había sido un día muy largo, pero
había que responder pilas porque al día siguiente iríamos a la Isla de Lantau a
visitar el monasterio de Po Lin, el Buda Tian Tan y a divertirnos en el parque
de atracciones Disneyland Hong Kong.
Al
día siguiente nos levantamos pronto y desayunamos con prisa porque nos estaba
esperando el minivan que nos llevaría hasta la Isla de Lantau. Aunque esta isla
estaba separada de Hong Kong había un puente que las conectaba y se podía
llegar en coche. Primeramente fuimos al monasterio de Po Lin, un templo budista
en el que había numerosas personas rezando. Era un templo muy diferente e los
cristianos. El Buda Tian Tan estaba muy cerca de allí así que fuimos andando.
Ante nuestros pies había 210 escalones que necesitábamos subir para
contemplarlo.
Cuando llegamos estábamos muy cansados y cada
uno nos bebimos hasta una botella de agua para recuperar el aliento. Delante de
nosotros teníamos una estatua de un buda gigante de 34 metros de altura y una
multitud de gente fotografiándolo. Nosotros también lo fotografiamos y se lo
mandamos a nuestros familiares que se quedaron sorprendidos. Volvimos a bajar y
est vez el minivan nos llevó hasta el
parque de atracciones Disney Land Hong Kong. La entrada nos costó 506,79
dólares de Hong Kong ( 59,78 euros). El parque era enorme y estab dividido en
dos partes. Nos montamos en varias atracciones y después fuimos a comer por la
tarde fuimos a fotografiarnos con Mickey Mouse y Minnie y además fuimos a ver
un espectáculo que nos ofrecía el parque. Cuando ya íbamos a marcharnos, vimos
que un jugador de baloncesto famoso había llegado al parque y había varias personas jugando con él. Nosotros
nos los pasamos estupendamente . Era la primera vez que habíamos estado tan
cerca de un famoso.
al
Volvimos en minivan al hotel ,cenamos y nos acostamos. Estábamos muy cansados, así que al día siguiente se nos pegaron las sábanas y como el restaurante del hotel sólo estaba abierto hasta las 9:30 de la mañana, tuvimos que ir a desayunar a un bar cercano. Esa mañana cogimos un minivan que nos trasladó al templo Wan Tai Si, a quince minutos en coche del hotel. En el minivan había una familia china que iba vestida con trajes muy elegantes, parecía que iban a una boda. Tenían un niño pequeño que tenía muchas ansias por llegar porque solo habían pasado cinco minutos y estaba protestando. Fueron quince minutos los que tardamos en llegar pero a mí personalmente me pareció un hora interminable. Una vez allí descubrimos que las personas que viajaron con nosotros en el minivan asistían a una boda que había en el templo que estábamos visitando. Las bodas de China eran diferentes a las de Europa, los trajes que llevaban los novios eran diferentes, los lugares en los que se celebraban y la forma en la que se casaban era muy peculiar.
Nosotros fuimos espectadores del
acontecimiento y después visitamos las obras de arte que encontramos en este.
Volvimos al hotel y desde allí fuimos a comer a un restaurante llamado Ho Choi, que estaba a 3
minutos andando del hotel. Nos sirvieron una comida muy tradicional de Hong
Kong como es el Wonton y el ganso asado. De postre tomamos un pan de piña,
también muy tradicional de esta zona. Todo en total nos costó 175,42 dólares de
Hong Kong (20,62 euros).
Al salir del hotel notamos como nos sonaba la barriga. La comida que
habíamos catado había sido una mezcla muy rara como la de los últimos días y
nuestro éstomago no estaba acostumbrado. Nuestra última tarde en Asia la pasamos el hotel.
Andrés se quedó en hotel mientras que yo fuí a un centro comercial que había
muy cerca para comprar recuerdos. Bajamos temprano a cenar y nos acostamos
pronto porque al día siguiente tendríamos que viajar a Nueva Zelanda.
El día 6 de Octubre desayunamos
en el hotel y cogimos un minivan hasta el Aeropuerto de Hong Kong. Allí cogimos
un vuelo que nos llevó hasta Auckland.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEsta bastante bien, lo que no entiendo porque hay tantos cambios de letra o de tamaño. Muchas veces al copiar de word al blog puede ocurrir este tipo de cosas. Por cierto, debes introducir párrafos al cambiar de ideas.
ResponderEliminarMarina me gusta mucho tu segundo destino, espero que sigas mejorando como hasta ahora.
ResponderEliminarSigue así.
Marina me gusta mucho tu segundo destino, espero que sigas mejorando como hasta ahora.
ResponderEliminarSigue así.